viernes, 28 de noviembre de 2008

MATANZA EN LA ESCUELA SANTA MARIA


Para los obreros que trabajaban en las minas, la vida era muy dura porque las empresas ejercían un duro control sobre la vida y obra dentro de los yacimientos, y esto desbordaba claramente el ámbito laboral de los trabajadores, además controlaban las pulperías (negocios) y establecieron un sistema de pago con fichas que sólo eran canjeables en las oficinas y negocios de su propiedad, es decir, los obreros estaban completamente atados de manos y sólo tenían que obedecer.

En el siglo XX, la cuestión social comenzó a manifestarse en los obreros y reclamaban por mejorar sus condiciones de vida y trabajo, peroles gobiernos no hacían nada por ayudar a estas personas.

El día 10 de diciembre de 1907 comenzó una huelga en la salitrera San Lorenzo y de ahí otras más se unieron al paro. A medida que la huelga avanzaba, más trabajadores se unían, cosa que era obvia porque ellos debían hacerse escuchar de alguna manera, ya que, no debían aprovecharse de ellos ni sobreexplotarlos en los trabajos para recibir un mísero pago.



Así, estos trabajadores llegaban a ser unos 10.000 y 12.000 que se encontraban en huelga en Iquique, reunidos en la plaza Manuel Montt y en la escuela Domingo Santa María pidiendo al gobierno que actuara, para que los patrones de las firmas salitreras solucionaran sus problemas, pero los patrones se negaban.

Como no les daban soluciones, ellos no retrocedían en su huelga, hasta que se ordena que soldados se dirijan a la escuela Santa María y cuando Silva Renard da la orden, le dispararon a los miembros del comité que se encontraban en la azotea. Todos los demás desesperados y tratando de escapar se arrojaron sobre la tropa que los recibió con más descargas de fuego y ametralladoras. Luego los soldados entraron a las salas de clase matando a todas las personas, mujeres y niños que pedían a gritos clemencia. Los sobrevivientes fueron llevados al club hípico donde les impusieron un “régimen del terror”.

Sin duda éste fue un acto despiadado y cruel que se habría evitado si el gobierno hubiese tomado más conciencia y hubiese sido más humanitario, porque dejar sin ayuda a tanta gente que apenas podía vivir era demasiado y más aún, mandarlos a matar. Y más culpa tenían los empresarios, dueños de las salitreras, siempre se aprovecharon el trabajo de los obreros. Pero ni siquiera con esto hubo una buena mejoría. Esta fue muy lenta y sólo en 1920, después de 13 años de la matanza, se empezaron a dictar leyes mínimas, como la de paga en dinero y jornada de trabajo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Reino de la Araucanía.


El reino de la Araucanía y la Patagonia fue un intento de formar un reino al sur de Chile y Argentina por el francés Orélie Antoine de Tounens, el que obtuvo el apoyo de un pequeño grupo de indígenas.


Éste francés llegó en 1858 al puerto de Coquimbo y luego de pasar algún tiempo en Valparaíso y Santiago se dirigió a la región de la Araucanía. Estando allí se contactó con el lonco Quilapán y lo entusiasmó con la idea de fundar un tipo de estado del pueblo mapuche como una forma de resistencia al ejército chileno, y ésto obviamente lo aceptaron los mapuches, ya que, no iban a rechazar a una persona que estaba de su lado y en contra de los chilenos y más aún si les brindaba su apoyo para luchar contra el ejército. Así, el lonco Quilapán le permitio el ingreso a sus tierras, el que estaba prohibido para los huincas (chilenos) y en el año 1860 fundó el reino de la Araucanía y se autoproclamó rey bajo el nombre de Orélie Antoine I.


Cuando viajó a Valparaíso para dar a conocer su reino al gobierno de Chile, no lo reconocieron y a su regreso a la Araucanía lo arrestaron por perturbación del orden público, ya que, al gobierno chileno no le convenía que los mapuches tuvieran relaciones con los franceses, porque así podían perder la región. Después de que un criado lo entregara a orillas del río Malleco en el año 1862 lo llevaron a los Ángeles donde fue recluido en un manicomio, pero el cónsul francés lo logró sacar de ese lugar llevándolo a Francia. Allí, contó toda su aventura y algunos empresarios lo apoyaron para financiar un segundo viaje en 1869, pero durante esos años el gobierno chileno había empezado planes para la incorporación de la Araucanía a la República y Tounens no fue bien recibido y tuvo que huir a Buenos Aires. Pero tampoco se rindió y volvió a intentar si podía regresar en los años 1874 y 1876 y en el año 1878 murió, el 17 de septiembre. Como falleció sin herederos, uno de sus amigos se proclamó sucesor y pidió ayuda al presidente de E.E.U.U. para la liberación de el reino, pero le fue rechazada.


Si esto hubiera resultado antes que los chilenos comenzaran la ocupación de la Araucanía, quizás la región se hubiera poblado con franceses y no habría pertenecido a la república de Chile, pero de Tounens se puede pensar que fue un poco entrometido al llegar a Chile y autoproclamarse rey de una región que estaba dentro de otro país que no era el suyo.